miércoles, 18 de mayo de 2016

FarCry Primal

Título: FarCry Primal
Desarrolladora: Ubisoft
Fecha de lanzamiento: 23 de Febrero de 2016
Género: Acción, Sandbox
Plataformas:Nintendo Ps4, Xbox One, Pc
Jugadores: 1


Sinopsis:

Instinto Salvaje.
10.000 AC, la Edad de Piedra.
Pasa de presa a depreddor y conquista la majestuosa tierra de Oros.
Explora la impresionante edad de piedra en un mundo abierto repleto de temibles bestias.
Crea tus propias armas para derrotar a las tribus enemigas.
Doma los aniales salvajes y úsalos como un arma más.

Análisis:

Ojo que tengo el juego desde primeros de marzo y me he decidido a hacer el análisis dos meses después. Atentos que hoy vengo cargadito de "amor".

Ubisoft sigue haciendo de las suyas, reciclando la saga FarCry que vio su mejor momento con la tercera entrega para ahora traernos "algo"  que trata de un hombre de las cavernas sobreviviendo en una tierra hostil y dándose de tortas con las tribus enemigas, porque sí, porque puede.

Encarnamos a Takkar, quien se ha visto separado del grupo después de ver perecer a su compañero de caza asesinado por un mamut.



Los primeros minutos nos mostrarán un poquito los controles del personaje, mostrándonos lo importante que es recoger palos y piedras y el fuego para sobrevivir, por no olvidar la vista de cazador, que no deja de ser una vista de águila troglodita.

Pues bien, una vez visto eso nos pondremos a patearnos una ruta predeterminada que nos llevará hasta una futura amiga, la salvaremos de un tigre dientes de sable (me da igual que haya spoileres, me daréis las gracias más tarde) una vez salvada decidiremos que, en vez de vivir solos podremos construir una aldea, para ello debemos rescatar a más de los nuestros que están repartidos como rehenes entre las otras dos tribus restantes.

Tendremos una vasta tierra repleta de multitud de animales y lugares para visitar, peligros por donde quiera que pasemos, estos se intensificarán por la noche, cuando la presencia de lobos y tigres entre otros. Ah y sí, fieros, fieros mapaches.



La evolución del personaje se presenta como mejoras, con X cantidad de determinados elementos mejoraremos nuestras armas, ropas, bolsas, etc. También pudiendo mejorar la aldea donde se asienten los personajes secundarios y el resto de habitantes.



A mi eso de que intenten implementar el modo Supremacía del AOE en la historia... como que no, porque encima está metido a calzador.

Digo eso porque no deja de ser otra cosa que eliminar a las tribus restantes para proclamarse como la mejor de toda la tierra, la historia del juego no tiene nada más, ni un trasfondo interesante, ni personajes carismáticos ni nada.

La historia (si se puede llamar así) apenas llega a las 15 horas de duración, pudiendo extenderse con la innombrable cantidad de misiones secundarias infumables.

Realmente son tediosas, de hecho intenté hacer alguna, pero me acabé aburriendo al poco, así que jugué el juego en cámara rápida.



Valoración:

Lo mejor:
-Poder montar mamuts.
-El terreno.

Lo peor:
-La historia.
-El copiar y pegar que han hecho del mapa del FarCry 4
-Que un tejón sea más difícil de domar que un oso, y más temido, eso no tiene ningún sentido.
-La vista en primera persona llega a marear al realizar algunas acciones tales como escalar, subir acantilados, y demás.

Gráficos: Mentiría si dijese que son malos, el juego en el apartado gráfico está bien hecho, verdes bosques y colinas, montañas nevadas totalmente accesibles, grandes ríos por los que nadar, en ese sentido el juego es bueno.
Jugabilidad: Hay momentos donde ni me enteraba de dónde estaba, no porque el mundo te de esa sensación de que es tan amplio que te perderás como si nada, sino por los controles, como he dicho antes, subir un acantilado, por una liana o moverse por cuevas llegan a marear.
Duración: Creo que un God Of War es más largo.

En el fondo... me jode. Porque un juego que podía pintar tan bien, por culpa de sacarlo con prisas (como siempre hace Ubisoft) acabó siendo una mediocridad. Me gustaría pensar que escarmentarán, pero todos sabemos que eso no pasará en la vida.



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